Pastel de cebolla y queso de cabra

Día mil y uno de cuarentena.

Está bien, es una exageración, pero un sábado por la tarde, después de una mañana lluviosa, te das cuenta de que ha salido un sol espléndido y te dan ganas de ponerte las zapatillas de deporte y salir a pasear por el campo, o arreglarte rápidamente y enviar un mensaje a los amigos diciéndoles que les esperas en el lugar de siempre para compartir un café y unas risas.Ups, seguimos sin poder salir, y entonces la tarde se te empieza a hacer muy, muy larga y te parece que la cuarentena va por el día 1001.

Pues nada, hay que buscar algo con lo que pasar la tarde y esta vez no me apetece mucho acomodarme en el sofá con un libro, ni hacer la remolona delante de la tele.

Ni os nombro la posibilidad de hacer ejercicio porque como ya os he dicho alguna vez, o eso creo, vivo en un piso de 60 metros, en una segunda planta, sin balcón, ni terraza y tampoco patio o acceso a la azotea; y aunque solo somos dos, si me saco la esterilla al salón o corro alrededor de la mesa del comedor, mi marido acaba de los nervios porque él ha trabajado hoy y quiere, necesita descansar.

Así que me conformo con el deporte de haber pasado la aspiradora, limpiado el polvo y otros menesteres caseros que los trabajadores dejamos para el fin de semana y me he puesto a hacer brazo amasando pan.

Ahora, mientras os escribo, espero a ver si mi masa ha levado lo suficiente para hacer unos panecillos italianos para la cena, y aprovecho para subir este pastel que preparé hace unos días. Es otra de las recetas de aprovechamiento que llevan ingredientes fácilmente modificables.

La idea principal es que sea un pastel de cebolla, al que yo le he añadido pollo, pero bien podéis añadir atún, rodajas de solomillo, guisantes, espárragos,… Lo mismo que pasa con el queso, yo he utilizado Gouda y queso de cabra pero podemos poner mezcla de quesos preparados para fundir, de sabor mucho más suave, o un huevo batido con un poco de nata por encima.

Y no os doy más ideas que voy a tener que empezar a tachar recetas de la lista de pendientes de subir al blog, jeje.

Espero que os guste!

 

INGREDIENTES:

4-5 láminas de pasta filo

AOVE

2 cebollas medianas

3-4 filetes de pollo

2-3 lonchas de queso gouda

medio rulo pequeño de queso de cabra

 

Para nuestro pastel necesitamos preparamos un molde de tarta redondo de unos 20 cm de diámetro, yo voy a usar uno de silicona, pero si el vuestro es de otro material os recomiendo poner un cuadradito de papel vegetal en el fondo para que sea más fácil de desmoldar después.

Primero vamos a preparar el relleno, para lo que necesitamos pelar y picar las cebollas en juliana y pocharlas a fuego medio- bajo en una sartén con 2 cucharadas de aceite de oliva. Cuando estén transparentes, les añadimos un poco de sal y pimienta negra molida, mezclamos y reservamos en un escurridor para eliminar el sobrante de aceite.

Los filetes de pollo los cocinamos a la plancha y después los cortamos en cuadrados del tamaño de un bocado.

También cortamos o troceamos los quesos que vamos a utilizar  y preparamos un bol con un poco de aceite de oliva crudo y una brocha de silicona.

Calentamos el horno con calor arriba y abajo a 200 grados mientras montamos nuestro pastel:

Ponemos en el molde una lámina de pasta filo, centrada y dejando que sobresalga la masa sobrante del molde. Pintamos la parte de la pasta fila que queda dentro del molde con un poco de aceite con la ayuda de la brocha y colocamos otra capa de pasta filo encima, girándola un poco para que las esquinas no coincidan con la primera capa, queremos que las láminas queden descolocadas.

Repetimos el proceso con todas las láminas de pasta filo, poniendo siempre un poquito de aceite con la brocha entre capa y capa para que se peguen.

Después añadimos la cebolla cocinada, repartiendo bien para llegar a todo el fondo del molde.

Encima distribuimos los trocitos de pollo de queso gouda y encima las rodajas de queso de cabra.

Ahora cogemos todas esas esquinas de pasta filo que han quedado por fuera del pastel y las vamos volviendo hacia dentro, creando un borde y pintando con un poco de aceite por encima cuando hayamos terminado de colocar toda la pasta.

Horneamos el pastel colocando el molde sobre la rejilla a media altura, unos 15 minutos o hasta que los bordes superiores estén dorados.

Dejamos templar unos 10 minutos fuera del horno y a comer.

Buen provecho!

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