Mousse de kiwi

Fase 0 de vuelta a la normalidad tras la cuarentena por el Covid-19.

Ya no se si decir que vamos por el día «tropecientos» de confinamiento o si estamos volviendo a la normalidad, lo que si puedo admitir es que a pesar de la gravedad de la situación que todo el planeta está viviendo, empiezo a estar un poco harta de que un virus invisible y ridículamente pequeño (como todos los virus) haya monopolizado todos los aspectos de nuestras vidas.

Las noticias en los distintos medios de comunicación solo giran en torno a esta pandemia, las bromas, los memes, las conversaciones con familiares, los saludos a los vecinos y conocidos en esos ratitos que podemos salir a la calle, por fin, a pasear o hacer deporte, solo hablamos del coronavirus; y creo que eso es lo que más está paralizando nuestras vidas. Muchos han dejado de pensar en las vacaciones de verano, en los estudios que querían comenzar el próximo otoño, en el ascenso que esperaban en el trabajo; y hemos comenzado a vivir y adaptar nuestros pensamientos en función de la evolución de esta enfermedad.

Yo me resisto mucho a creer en la «nueva normalidad», expresión absurda y falta de sentido como tantas otras que se han inventado durante esta crisis, como la desescalada, que ni siquiera existe en nuestro vocabulario.

Yo me niego a adaptar mi vida futura a unas nuevas condiciones políticas y sociales restrictivas, que coarten la libertad individual del ser humano, y me resisto a creer que cuando la situación mejore, seremos distintos.

Tal vez el mundo, o nuestras vidas no retomen el camino que seguían a principios de año, pues durante este tiempo muchos han perdido demasiadas cosas valiosas como para recuperar sus vidas tal y como las conocían, pero tengo esperanza en que el camino que se abra ante nosotros, por muy cuesta arriba que pueda parecer, por muy difícil que se nos presente, sea el camino de nuestras vidas, el que cada uno siga construyendo con su lucha diaria, jugando las cartas que la vida nos ha dado como mejor sepamos o podamos y que volvamos, simplemente, a recuperar una vida.

(Lo de normal o no, nueva o antigua, retomada o modernizada, reivindicativa o conformista,… eso que lo decida cada uno con la libertad de pensamiento que nada ni nadie puede quitarnos)

 

Y ahora, retomando ese espacio tan apreciado para mi que es la cocina y la delicia de disfrutar de una buena sobremesa, os dejo un postre ideal para estos días en los que el calor empieza a apretar; un postre ligero, fresco, sano y delicioso.

Espero que os guste!

INGREDIENTES:

4 kiwis

100 gr nata para montar

100 gr de azúcar

4 huevos

50 gr de mantequilla

 

Pelar y triturar los kiwis hasta tener un puré sin grumos. Pasamos este puré por un colador para eliminar las semillas y que el puré sea lo más fino posible.

 

Vamos a preparar una crema al baño maría, por lo que ponemos una olla con agua a calentar hasta que hierva, y mientras tanto, en un bol apto para cocinar al baño María, por ejemplo yo he usado un cazo más pequeño que la olla, que puedo meter dentro de la misma para la cocción y teniendo cuidado para que no entre agua en la mezcla que vamos a poner dentro del cazo.

Para hacer esta crema ponemos en el cazo o bol el azúcar, 2 huevos y dos yemas (reservamos las dos claras sobrantes), mezclamos bien los ingredientes y ponemos al baño maría sin dejar de mover suavemente hasta que comience a espesar.

Retiramos del fuego para añadir el puré de kiwis y ponemos al baño María de nuevo, moviendo constantemente la mezcla mientras se cocina para que no se creen grumos. Debemos cocinarla unos 10 minutos hasta que la crema espese.

Entonces la retiramos del fuego, le añadimos la mantequilla troceada y mezclamos hasta que se disuelva e integre en la crema.

Dejamos enfriar la crema en el frigorífico tapada a piel con un film para que no se cree una costra superior al contacto del aire.

Cuando tengamos la crema fría, vamos a montar la nata con una varilla a punto de nieve y reservar.

También montamos las claras de huevo que habíamos reservado, no es necesario que estén muy duras, para que sea más fácil de integrar después.

Ahora que ya tenemos las tres cremas vamos a mezclarlas, ponemos en un bol grande la crema de kiwi y añadimos una parte de las claras montadas, integramos la mezcla con movimientos envolventes y añadimos el resto de las claras montadas y la nata y seguimos mezclando con suavidad hasta integrarlo todo en una crema.

Repartimos nuestra crema en los vasos o cuencos individuales donde queremos servirla y los refrigeramos al menos dos horas antes de consumir, para que cuaje por completo la mousse y tenga una temperatura agradable para comerlo.

Podemos conservar la mousse hasta 4-5 días en la nevera.

Buen provecho!

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