Chocolate… elixir divino, sanador de muchos males y motivo de felicidad y calma para tantos otros.
Me temo que no estoy parafraseando a ningún autor de renombre, solo me relamo mientras os escribo este post, con un trocito de este pastel.
Y es que dicen, o eso he oído siempre en bocas cercanas, que el chocolate es el mejor remedio ante un desamor, o una necesidad urgente de azúcar, contra el aburrimiento, incluso como compensación a la falta de sexo. Y sí, en todas las películas melodramáticas se dan atracones de helado de chocolate (cuando no están bebiendo whisky a palo seco) antes de hacerle frente a los problemas y situaciones deprimentes.
Como no soy demasiado peliculera ni tengo intención alguna (menos mal) de darme a la bebida a estas alturas; o de buscar excusas para tomar una copa en vez de disfrutar con ella… pues hoy me ha dado por el chocolate.
Si además es de buena calidad, como las tabletas de chocolates Nestlé especial para cocinar, la variedad sin azúcares ni aceite de palma; una tableta de chocolate negro del más puro e incluso amargo que tanto me gusta, -pues oiga usted,- que me quito un capricho, me doy una super merienda en compañía o en solitario, le digo adiós a las ganas de dulce y si alguno/a anda un tanto decaído al otro lado de la red… pues nos subimos el ánimo de camino.
Y con todo este despropósito alabando al chocolate, solo os puedo decir que a mi me alegrado la tarde. Hoy hace calor suficiente como para seguir vestida de verano y en chanclas, y este va a ser uno de los últimos fines de semana de respiro y descanso antes de que el aluvión de actividades invernales consuman mi tiempo y no me dejen disfrutar de un dulce casero. Por lo que me he propuesto pasar el fin de semana sacando ropa para el cada vez más cercano, «cambio de tiempo», lavando y colocando en estanterías las mantas y colchas atrapadas en paquetes imposibles, devolviendo el buen olor (y mucha plancha) a la ropa de manga larga, que antes de que nos demos cuenta, estaremos usando; desempolvando botas, zapatos cerrados y revisando abrigos por si alguno no pasó por la tintorería antes de terminar el invierno pasado.
Entre este ir y venir de ropa, subir y bajar escaleras, vaciar y llenar armarios, he horneado este pastel, que en mi «gran libro del chocolate» de RBA, aparece como corona con nueces sin gluten, y que en la receta original lleva el doble de ingredientes de los que yo os he puesto (por lo tanto más tiempo de horneado) y en vez de utilizar harina de trigo, lleva la misma cantidad de nueces trituradas hasta hacerlas harina fina.
Como yo no puedo comer nueces pero si gluten, he sustituido ingredientes y decorado con unas bolitas heladas de chocolate negro puro y amargo y chocolate blanco (mas dulce), pero eso queda a la elección del cocinillas que se haga con la receta, yo por esta semana, os dejo con mi versión.
Espero que os guste!
INGREDIENTES:
125 gr de chocolate negro especial para fundir
125 gr de harina de trigo (o 125 gr de nueces molidas hasta parecer harina)
60 gr de mantequilla
70 gr azúcar
3 huevos
1 cucharada de esencia de vainilla o de naranja
Para la decoración he usado bolitas de chocolate blanco y chocolate negro, que yo misma he preparado derritiendo ambos chocolates y rellenando un molde para hacer bolas que he congelado después.
Comenzamos mezclando la mantequilla blanda (a temperatura ambiente) con el azúcar hasta tener una mezcla homogénea y blanquecina, añadimos la harina y mezclamos bien.
Separar las claras y yemas de los huevos e ir añadiendo yemas una a una a la masa inicial de mantequilla. No añadir la siguiente yema hasta no tener integrada la primera.
Derretir el chocolate en el microondas o al baño maría y añadir a la masa. Cuando tengamos una masa de color uniforme, montamos las claras a punto de nieve duro, y las añadimos a la masa removiendo con una paleta o lengua de cocina con movimientos envolventes de abajo a arriba, despacio, pues esta masa no lleva levadura alguna y todo el volumen y aire se lo aportan las claras montadas.
Cuando tengamos la masa lista, vertemos sobre el molde que más nos guste bien engrasado (yo he usado uno tipo flanera plana de 16 cm de diámetro, y horneamos a 180 grados durante 25 minutos o hasta que al pinchar con un palillo este salga limpio.
Desmoldamos volcando sobre la base donde vamos a emplatar y decoramos a nuestro gusto, en mi caso unas líneas de caramelo y las bolitas heladas de chocolate negro y blanco.
Buen provecho!
Yo uso el chocolate para la astenia primaveral, y me funciona. Es un subidón expres de azúcar para cuando no puedo con la vida, y oye, mejor que tomar antidepresivos ya es 🙂
Tu tarta, que te voy a decir, pintaza total.
Me gustaMe gusta
Ohh gracias Ana, el chocolate debería tener el indicativo de medicamento sin prescripción, de consumo libre para sanar todas las penas y los momentos de decaimiento. 😁😁😁. Un besito!!
Me gustaMe gusta
¡¡Hola Noelia!! Como yo tampoco voy a darme a estas alturas a la bebida, sigo prefiriendo darme un pequeño atracón de chocolate, porque si me dejan, me como la tableta de chocolate entera, ja, ja. Pero con los pasteles soy un poco más moderada, así que me encantaría probar tu rico pastel abizcochado, y con esa decoración tan chula, pura tentación para los amantes del chocolate. Por cierto, las bolitas me han recordado a esas bolas de chuches que por dentro son como de gusanitos y por fuera chocolateadas blancas o negras, de hecho, pensaba que era con eso con lo que las habías decorado.
Me gustan todas las versiones que nos propones de tu pastel, con harina común o con nueces molidas, tiene que tener un sabor muy intenso con las nueces, muy rico, pero con tu versión, le restamos unas cuantas calorías. Con almendra molida también tienen que estar muy ricas, y el sabor así también es más suave que con las nueces.
Bueno, sea como sea, es que me encanta, si yo soy de las que ahoga sus penas comiendo chocolate, me levanta el ánimo rápido rápido, oye, mejor que tomarse un medicamento o el vaso de whisky a palo seco, je, je. Besitos y feliz domingo.
Me gustaMe gusta
Esas bolitas que dices creo que son los maltesers. Hace años que no los veo en las tiendas justo después de hacer este bizcocho se me antojaron muchísimo. Y casualidades de la vida, que hace poco abrieron un nuevo centro comercial en Sevilla en el que hay un Primark, y dando una vuelta por la tienda encontré las bolsas rojas de estas bolitas junto a las cajas de pago!!! Se me salían los ojos y me caía la baba sólo de pensar en comerme uno, así que claro… compré varias bolsas que hemos ido devorando tras las cenas, jeje. Besitos!!
Me gustaMe gusta