Sopa de almejas malagueño-oriental

Para encontrar los métodos y construir los caminos que nos lleven a vivir nuestra vida hay que aprender todo lo posible (no solo en las escuelas). El conocimiento nos ayuda a abrir la mente, a entender los razonamientos lógicos o comunes y a crear las bases para que podamos pensar por nosotros mismos, y así, cuestionarnos el porqué de lo que nos rodea, buscar alternativas y soluciones sin necesidad de seguir los procedimientos conocidos y sin faltar por ello, al cumplimiento de las leyes y normas.
Mis padres me enseñaron a hacer lo que debía y a luchar por lo que quería, y tuve la suerte de contar con profesores que nunca intentaron encasillar nuestras mentes.

Recuerdo con mucho cariño a mi profesor de matemáticas, el intentaba siempre hacernos comprender la utilidad de su materia en el resto de asignaturas y las posibles aplicaciones en la vida, y que nuestra mente no volara entre números sin relación aparente con el mundo.

En un examen, creó una serie de ecuaciones enlazadas a través de la obra «La Celestina» y como pregunta final añadió: ¿De que color era el vestido de la Celestina? Aquello creó conmoción, cuchicheos y quejas. Muchos no respondieron, algunos crearon una complicada justificación aritmética para transformar la palabra CELESTINA en el color celeste. Recuerdo que yo respondí:

Negro, ¿sabes por qué?

Evidentemente aquella cuestión no era más que una broma y  nuestras variopintas respuestas no intervinieron en las notas del examen, pero al recibir aquella hoja con los resultados me encontré a pie de página, una carita sonriente y un: Sí, yo también lo sé.

Este momento influyó en mi forma de entender la globalidad, en mi modo de razonar y me sigue llevando, a día de hoy, a no seguir a «pies juntillas» cualquier información que llega a mis oidos.

Aprendí a aprender, a pensar y a actuar para superar mis expectativas, no las de los demás. Por eso hoy, divagando sobre factores educativos con los que espero no haber aburrido a nadie, he pensado que tenía que superar un miedo relativo al blog y conseguir publicar un plato estéticamente feo, y por eso os traigo una sopa ligera de almejas, a caballo entre la versión clásica malagueña y la oriental, con una base muy andaluza, toques asiáticos y fideos chinos de cristal.

Espero que os guste!

INGREDIENTES:  (Para 4 personas)

1/2 kg almejas

1 puerro

1 cebolla

2 dientes de ajo

1/4 col blanca

2 tomates grandes rojos y maduros

1/2 pimiento rojo

3 cucharadas de salsa de soja

zumo de 1 limón

60 gr (un paquete) de fideos cristal

sal, pimienta negra molida y hojas de albahaca fresca

Picamos los dientes de ajo pelados, la cebolla, el puerro y el pimiento. Cuanto más pequeño piquemos las verduras antes se cocinarán, pero teniendo en cuenta que después vamos a triturarlas no es necesario ponerle mucho empeño al corte. Reservamos.

Pelamos los tomates, les quitamos las pipas y trituramos la carne. Reservar.

Ponemos una olla alta al fuego con 2-3 cucharadas de aceite de oliva virgen extra, añadimos las verduras picadas menos el tomate y rehogamos a fuego medio, removiendo de vez en cuando para que no se quemen, hasta que estén tiernas.

Ahora añadimos el tomate triturado, la salsa de soja, el zumo de limón y la pimienta molida. Mezclamos bien y dejamos cocinar hasta que el tomate esté frito, unos 10-12 minutos.

Mientras tanto, en un cazo aparte, ponemos a hervir 1 litro de agua aproximadamente con una cucharada sopera colmada de sal. Cuando el agua hierva, le añadimos las almejas limpias y en cuanto se abran retiramos el cazo del fuego.

Trituramos el sofrito con tomate con la batidora, añadiéndole unos cazos de agua para ayudar a triturar si la mezcla es demasiado espesa. Y lo devolvemos a la olla pasándolo por un colador para que la sopa quede ligera y sin grumos.

Como se ve en las fotos me he ayudado de un truco de Karlos Arguiñano para colar el sofrito, y consiste en pasar una cuchara sopera por el interior del colador, aplastando el sofrito contra este para que pasen la mayoría de los jugos a la olla.

Una vez colado devolvemos la olla al fuego y le añadimos el caldo de haber cocido las almejas, reservando estas en una fuente a parte.

Troceamos la col en dados de 1 cm más o menos y añadimos a la olla, colocamos la tapa y dejamos hervir unos 10 minutos o hasta que la col esté cocida.

Este es el momento de probar el caldo y corregir de sal. Después añadimos las almejas cocidas.

Apagamos el fuego y siguiendo las indicaciones del fabricante, añadimos los fideos al caldo caliente y tapamos la olla, dejando reposar la sopa 5 minutos.

Pasado este tiempo ya podremos servir, para lo que colocamos en cada plato una o dos hojas de albahaca fresca en el fondo y apartamos la sopa de almejas con fideos chinos sobre ella.

Nota:

1.- Los fideos los he comprado en Lidl, no los hay siempre pero también se encuentran en Supermercados Hipercor y centros especializados. También llamados fideos celofán, están elaborados a base de almidón de garbanzo y los encontramos en ovillos parecidos a una madeja de hilo pre-cocidos y deshidratados.

2.- Si vais a tomar esta sopa con palillos os recomiendo usar unos cuencos para servir y no platos, para comer al estilo japonés: primero los fideos y la col y después beber el caldo.

Buen provecho!