Tarta Red Velvet con nueces

Desde hace un tiempo, sobre todo desde que tengo el blog, soy la responsable de elaborar las tartas de cumpleaños de los miembros de mi familia, tarea que hago con todo el mimo posible, pues si estropeas la tarta de un cumpleaños, estas destrozando la merienda de los invitados.

Este punto, me tenía muy preocupada a la hora de preparar esta tarta y es que no podía probarla de antemano y tampoco la había echo nunca, así que había que dejar el resultado un poco al azar.Sobre todo teniendo en cuenta que no iba a estar presente en el cumpleaños, pues he pasado el fin de semana en Málaga y la dejé preparada el día antes.

Llevo meses viendo fotos de preciosas tartas rojas y blancas bajo el nombre de «red Velvet» y al principio pensé que eran tartas normales, con un bizcocho cualquiera a gusto del repostero y teñido de color rojo, así que ante mi incipiente necesidad de preparar una, me informé un poco mejor.

Es una tarta que se elabora con una receta típicamente americana, lleva buttermilk y algunos ingredientes que nunca antes había usado en una tarta, y tanto la cobertura como el relleno son a base de queso crema y mascarpone.

Pues bien, buscando aquí y allí, intentando evitar el uso cremas precocinadas e ingredientes poco accesibles, me he apoderado de la receta colgada en la página de Nestlé, que podéis ver pinchando aquí; y con algunas modificaciones, sobre todo en cantidades y el relleno preparé esta tarta de cumpleaños, que sé, por los que  sí la probaron, que estaba muy rica!!

Espero que os guste!

INGREDIENTES: (Tarta para unas 16 porciones)

1. Bizcocho:

35o ml leche entera

300g harina de repostería

15 g cacao puro en polvo

3 huevos L

300g azúcar

175g mantequilla sin sal

2 cucharillas de café de colorante en gel

1 cucharada sopera de esencia de vainilla

1 cucharilla de café de sal

1 cucharada sopera de levadura química (tipo Royal)

1 cucharada sopera de zumo de limón

1 cucharada sopera de bicarbonato

2 cucharadas soperas de vinagre de sidra o de manzana

2.Relleno:

400g queso crema tipo philadelphia

250 g mascarpone

100g azúcar glass

300g nueces peladas

3. Cobertura:

200 g mascarpone

200g queso crema

150g chocolate blanco de cobertura

50g mantequilla sin sal

4. Decoración:

Bolitas de azúcar plateadas

50 g queso mascarpone

75 g chocolate blanco de cobertura

3-4 cucharadas soperas de leche

1 cucharilla de café colmada de harina de maiz (Maicena)

75 g mantequilla sin sal

1 cucharilla de colorante gel rojo

 

Parecen muchas cosas, pero si os fijáis bien, son los mismos ingredientes que se repiten una y otra vez. Realmente el relleno, la cobertura y la crema para la decoración las hice un poco a ojo, pero fui pesando y midiendo en todo momento las cantidades para poder decíros cuales eran, y para poder repetir la receta en otra ocasión. Además, es mas largo de explicar que de practicar.

Vamos a cocinar:

En primer lugar, prepararemos el bizcocho.

En una jarra o un bol, vertemos los 350 ml de leche entera, la cucharada de zumo de limón y las dos cucharillas de colorante rojo. Mezclamos bien con una cuchara hasta que el colorante se disuelva por completo y reservamos.

En otro bol, mezclamos 300g de harina, 1 cucharada de levadura, el cacao y la cucharilla de sal. Reservar.

En un tercer bol de mayor tamaño, pues es donde vamos a unir todos los ingredientes: Batir con las varillas eléctricas la mantequilla blanda con el azúcar, cuando esté perfectamente integrado el azúcar y la mezcla se vuelva blanquecina, añadimos la cucharada de vainilla y seguimos mezclando un poco más.

A continuación, agregamos los huevos uno a uno, sin dejar de batir, y no incorporamos el siguiente huevo hasta que el primero no esté totalmente integrado en la masa.

Llegamos al momento de recuperar la jarra con la leche coloreada y el bol con el resto de ingredientes secos, vamos a incorporarlos al bol de mantequilla y huevos poco a poco y en tres tandas. Ya no necesitaremos las varillas eléctricas, sino una paleta de madera o una lengua de cocina.

En primer lugar agregamos una tercera parte del líquido a la crema de mantequilla y huevos y mezclamos bien hasta que esté totalmente integrado, seguimos agregando una tercera parte de los ingredientes secos y mezclando, y así hasta que todos los ingredientes formen una masa ligera, brillante y sin grumos.

Disolvemos el bicarbonato en las 2 cucharadas de vinagre y lo incorporamos a la masa, mezclando bien, para que la mezcla sea lo más homogénea posible, de esta forma el bicarbonato y la levadura estarán repartidos por igual en toda la masa y el bizcocho levará igual por todas partes al hornear.

Precalentamos el horno a 180 grados.

Forramos el fondo de un molde desmoldable de 24 cm con papel de hornear, engrasamos un poco el papel y los laterales del molde, vertemos la masa y horneamos aproximadamente 60 minutos.

Si veis que la superficie del bizcocho se empieza a dorar demasiado pronto, cubrirla con papel de aluminio hasta el final del horneado.

Pasado el tiempo, pinchamos el bizcocho y la punta sale limpia ya podemos retirar del horno, sino, dejar unos minutos más.

Dejar reposar el molde unos 15 minutos para que se enfríe y desmoldar con cuidado de no romper o desmigar mucho el bizcocho. Colocar sobre una rejilla de enfriar y dejar hasta que esté completamente frío.

Es bueno que el bizcocho repose unas horas, así que podéis adelanta el proceso (como hice yo) metiendo el bizcocho al frigorífico una vez frío mientras preparar las cremas de relleno y cobertura o dejarlo sobre la encimera tapado con un paño limpio y seco unas 3-4 horas.

Para el relleno:

Picar con la trituradora de la batidora o con una picadora las nueces a velocidad baja durante unos 30 segundos, para que queden trozos pequeños y crujientes. Reservar.

En un bol, con la ayuda de un tenedor, mezclar los dos tipos de queso y el azúcar glas hasta tener una crema suave. Reservar.

Para la cobertura:

Mezclar los dos quesos hasta tener una crema suave, como hemos echo con el relleno. Derretir el chocolate blanco al baño maría, retirar del fuego y agregar la mantequilla, mezclando bien, para que esta se disuelva e integre. Dejamos templar el chocolate y lo mezclamos con la crema de queso. Reservar.

Para la decoración:

Disolver la maicena en la leche fría, y poner al fuego junto con la mantequilla para conseguir una bechamel muy espesa.

Derretir el chocolate blanco al baño maría y agregar a la bechamel.

En un bol, trabajar el queso para que esté cremoso y suave y agregar al bechamel con chocolate. Mezclar bien todos los ingredientes y agregar el colorante, mezclando hasta tener un color uniforme. Dejar enfriar por completo y rellenar una manga pastelera con la crema.

Ahora que ya lo tenemos todo preparado, hay que montar la tarta.

Con la ayuda de una lira o un cuchillo largo de pan, cortamos el bizcocho en 3 capas del mismo grosor.

Colocamos la base de bizcocho sobre el plato en el que vamos a servir al tarta. (Podéis tapar los bordes del plato con papel de aluminio para después retirarlo y que en la presentación no queden manchas).

Mojamos el bizcocho con un almíbar a base de agua con azúcar diluida. Extendemos una capa de crema de queso de relleno por todo el bizcocho de un centímetro de grosor aproximadamente y esparcimos la mitad de las nueces picadas por encima.

Tapamos con la segunda capa de bizcocho y repetimos el proceso de relleno con el resto de la crema de queso y nueces. Tapamos con la capa superior del bizcocho.

Cubrimos toda la tarta con la crema de queso y chocolate blanco que también tenemos ya preparada, extendiéndola con sumo cuidado para que cubra todo el bizcocho y esté lo más lisa posible. (esta crema es muy espesa, así que si os han quedado imperfecciones en el bizcocho, las podemos disimular con la cobertura).

Por último decoramos con la crema rosa de chocolate y las bolitas o como más os guste!!

Buen provecho!

Nota: os dejo una foto más para que veáis como queda por dentro, me la envió una amiga antes de empezar a comer!