La vida es una lucha continua, no una guerra abierta con los demás para ganar algún trofeo, tampoco una pelea a muerte para ser el mejor en algo. La vida es, a mi parecer, una lucha continua con nosotros mismos, una pelea diaria para conseguir ser la persona que queremos ser.
Todos tenemos, ante nuestros ojos, un abanico de posibilidades para crecer, desarrollarnos y conseguir lo que más deseamos. Puede que esos sueños, esos deseos, se cumplan o no algún día, pero no por eso dejamos de luchar.
Cuantas veces no habremos oído esas frases típicas de madre: “el dinero no cae del cielo”, “las buenas notas no te las regalan”, “si no te esfuerzas…”
Y es que los grandes logros se consiguen con pequeños pasos, ningún hombre se levantó una mañana deseando ser el corredor más rápido del mundo, salió de casa corriendo y logró ser el mejor. Antes tuvo que aprender a correr, entrenar, competir, y luchar hasta lograrlo; o al menos luchar hasta lograr intentarlo.
Por eso, la entrada de hoy va dedicada a los pequeños retos, a los que nos ponemos a nosotros a mismos cada día, y que son los que nos dan fuerza para crecer, energía para seguir luchando y aspiraciones más altas para el siguiente reto.
Así, paso a paso, se va constituyendo este blog; estudiando recetas, probando ingredientes nuevos y aprendiendo a preparar platos que me gusta compartir con vosotros.
Por eso la entrada de hoy se llama sushi para novatos: la novata soy yo. Me encanta el sushi, la textura del arroz, el contraste de sabores del pescado con las distintas salsas, los formatos tan bonitos que hay para montar cada bocado… y como todo lo que me gusta comer, me gustaría aprender a cocinarlo.
Así que tras semanas de estudiar otros blog, artículos, cocineros y conseguir los ingredientes necesarios, hoy voy a cumplir uno de mis objetivos y lograr superar un reto: preparar Makis.
Espero que os guste!
INGREDIENTES:
500 g arroz medio (especial para sushi)
5-6 hojas de alga Nori
15 g sal
35 g azúcar
35 ml vinagre de arroz
100 g Salmón ahumado
100 g palometa
1 pepino
2 rodajas de piña en su jugo
100 ml salsa de soja
30 g pasa de wasabi
50 ml jugo de piña
1 cucharada de jengibre molido
La preparación de los makis no ha sido tan complicada como me esperaba, y el resultado ha gustado mucho en casa.
Aún así, no os recomiendo prepararlo con la idea de un tapeo rápido, porque a pesar de la facilidad de su elaboración, me ha llevado más de 3 horas de cocina desde que comencé a preparar el arroz.
Empecemos por el primer paso: el arroz. Para el sushi se utiliza un tipo de arroz de grano medio, especial para este tipo de elaboraciones, pues es un grano que no se abre cuando se pasa.
Comenzaremos por verter el arroz en un bol y lavarlo con agua fría. Debemos lavar el arroz con las manos, frotándolo con cuidado para que suelte todo el almidón.
Este proceso lo vamos a repetir unas 8 veces, cambiando el agua cada vez que se ponga blanca, y volviendo a lavar el arroz hasta que el agua salga transparente.
Cuando llegue este momento, vertemos el arroz en una cazuela de barro o una olla baja y cubrimos de agua fría hasta dos dedos por encima del arroz. Calentamos a fuego medio unos 25 minutos desde que pongamos la olla al fuego, hasta que el arroz absorba la totalidad del agua.
El tiempo de cocción dependerá de la marca y variendad de arroz que usemos, así que lo mejor es probar unos granos cuando veamos que se va quedando sin agua en la olla para calcular cuando están tiernos.
Calentamos el vinagre en un bol en el microondas o en un cazo al fuego (sin que hierva) y disolvemos el azúcar y la sal en él.
Cuando el arroz esté cocido, lo vertemos en una fuente amplia y vertemos la mezcla de vinagre sobre este.
Durante unos 10 minutos vamos a ir removiendo el arroz, para que el vinagre se integre por igual en todos los granos, y al mismo tiempo debemos ir enfriándolo con la ayuda de un abanico, o colocando la fuente frente al ventilador mientras removemos. Continuaremos mezclando hasta que el arroz esté templado.
Cuando tengamos listo el arroz, vamos preparar los rollitos que después cortaremos en rodajas para dar la forma al Maki.
Para rellenarlos he utilizado las siguientes mezclas:
1- tiras de salmón ahumado y pepino
2- tiras de palometa y piña
3-piña y pepino
Colocamos una esterilla de bambú (o de silicola) en la encimera limpia y seca. Sobre ella disponemos una hoja de alga Nori, con la parte más rugosa hacia arriba.
Extendemos una capa de arroz sobre el alga, dejando un centímetro sin arroz por la parte más cercana a nosotros y otros dos centímetros por el final del alga, cubriendo el resto de la superficie, incluido los laterales.
Cread una capa de medio centímetro de arroz aproximandamente, porque si ponemos mucho más el maki será demasiado grueso y no podremos comerlo de un bocado.
Sobre el arroz y cerca del borde exterior, extendemos una tira de pepino y una o dos de salmón (como se ve en la foto).
Y ahora con la ayuda de la esterilla, vamos enrollando el alga hasta el final para que quede como un brazo gitano y quede sellado.
Un truco: si el borde final no se pega bien, podéis humedecer el alga con un poco de agua por el borde.
Así vamos rellenando todas las algas con los distintos elementos y después las envolvemos en film transparente, sellándolas como si fuesen caramelos. Las metemos en el frigorífico para que terminen de enfriarse y se endurezcan un poco, para que después sea más fácil de cortar.
Mientras se enfrian los rollos, preparamos la salsa.
Existen gran variedad de salsas, algunas cítricas y otras picantes con las que se acompaña al sushi, yo he optado por aportar un poco de mi estilo y la he preparado de la siguiente forma:
Mezclamos la salsa de soja con el jugo de piña, el jengibre y la pasta de wasabi, hasta que liguen bien todos los ingredientes.
Pasados unos 20 minutos de tener los rollos enfriando, los sacamos a una tabla de cortar. Para cortar las rodajas, necesitamos usar un cuchillo de hoja grande muy afilado. Mojamos el cuchillo con agua fría y cortamos rodajas de un centímetro de grosor, con cuidado para no aplastar el maki y que siga teniendo la forma redonda.
Para servir, colocarlos en una bandeja y acompañar de la salsa de soja y piña.
Como podéis ver en las fotos, al final me he atrevido a preparar algunos niguiris y unas bolas de arroz (que era más sencillo) con un relleno de pepino y piña en el interior).
Buen provecho!
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¡¡Hola Noelia!! Entonces esta receta de makis también es para mi, pues soy más novata aún que tú, ya que yo no los he hecho nunca todavía. Me han gustado mucho como te ha quedado, sobre todo la foto última, que se ven muy bien y perfectamente cortados. Estos makis son una buena manera de sorprender a los invitados. ¡¡Seguro que con ellos se triunfa!! Como en los pequeños retos que comentas, hay que marcarlos e intentar ir a por ellos y triunfar. En eso siempre he sido afortunada, los pequeños retos que me he planteado, más tarde o más temprano los he conseguido. Siempre he creído que lo que está en la mano de cada uno puede tener solución, el problema es cuando son cosas que ya se nos escapan de las manos y son sinos del destino, casualidades, suerte o no sé que es. Esas, se nos escapan de las manos y son las que nos hace débiles. Y de esas, te aseguro que sé de unas cuantas y es que ya he pasado por incendios de casas, porque se nos quemaran los dos coches que teníamos, del cancer de mi madre y su fallecimiento, el cancer de mi suegro, la terrible enfermedad de la tía de mi marido que hemos cuidado hasta hace unos meses teniendo la pobre la vida más desdichada que se puede tener, y varios acontecimientos últimos que a veces piensas que es verdad que Dios aprieta pero no ahoga, pero llega un momento en el que ves que ya no estás respirando. Besitos.
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Gracias Isa. Siento mucho que la vida te haya puesto tantas piedras por delante, es verdad que por suerte o desgracia hay muchas cosas que ocurren sin haberlas buscado, sin haber luchado por que nos tocara vivirlas. En esos casos me gustaria creer que nos ocurren por algo, o para que a partir de ellos nos hagamos mas fuertes. Aunque todos sabemos que no es así, que no se puede explicar el porque de tanto infortunio. Asi que el primer reto que tenemos que superar es el de recuperar las ganas de sonreir, el de tener motivación para ser feliz y esperar que el dia siguiente sea mejor que el que se va.
Espero que cocinar y en mi caso también comer, sea un pequeño logro para la felicidad del día a día. Un beso enorme!!!
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